El hallazgo de un conjunto de monedas de plata en el suroeste de Gran Bretaña cinco años atrás se ha convertido en el nuevo protagonista de las noticias de arqueología por un motivo relevante: el tesoro acaba de pasar de las manos de su descubridor a formar parte de la colección delSouth West Heritage Trust, convirtiéndose en el más valioso de todo el territorio.
Su millonaria venta tiene mucho que ver con la adquisición de objetos históricos para que formen parte del patrimonio nacional. Y es que estas monedas no solamente son muy antiguas, sino que además corresponden a un importante periodo de la historia de Inglaterra: la conquista normanda, o el momento en que los conquistadores sajones que habían ocupado Britania siglos atrás fueron invadidos por el ejército deGuillermo II de Normandía.
VENDIDO POR un precio astronómico
Desenterrado de una finca privada en Chew Valley, un área natural al sur de la ciudad de Bristol, el conjunto de monedas reúne un total de 2584 piezas, convirtiéndolo en el mayor tesoro de su tipo y época histórica que jamás se haya encontrado en Inglaterra.
Los expertos pudieron confirmar hace ya un tiempo que los peniques datan entre los años 1066 y 1068, un periodo de profunda transformación para Gran Bretaña, y los hechos históricos que allí tuvieron lugar pueden perfectamente apreciarse en las monedas de Chew Valley. Bien podríamos estar frente a nuevas evidencias clave para comprender este momento crucial de la historia.
Por todo esto, el comité que ha tasado el tesoro lo ha valorado en 4,3 millones de libras esterlinas, es decir, por encima de los 5 millones de euros. Para adquirirlo, elSouth West Heritage Trust ha contado con la financiación conjunta de otras instituciones, como el National Lottery and Art Fund. Así, se convierte no solo en el tesoro de monedas de mayor tamaño, sino también en la adquisición de mayor valor jamás registrada de este tipo.
Y, ¿quién recibirá esta suma astronómica? Pues bien, las ganancias de esta venta serán repartidas en dos partes iguales entre el propietario del terreno donde fueron encontradas, y el grupo de cazatesoros que las encontró usando detectores de metales.
Gracias a esta adquisición, el tesoro pasará a formar parte del patrimonio nacional y podrá así conservarse de la manera m��s adecuada para que pueda seguir siendo admirado por el público general a pesar del paso del tiempo.
A partir del 26 de noviembre de 2024 la colección se exhibirá en el Museo Británico de Londres, para después circular por distintos museos de todo el país hasta verano de 2026, cuando se instalaría definitivamente en el Museo de Somerset.
REStos DE LA CONQUISTA NORMANDA
La arqueología nos demuestra constantemente que no es extraño encontrar objetos antiguos enterrados bajo tierra. Muchos terminan así por el simple paso del tiempo y los cambios que se producen sobre el terreno, pero tantos otros son escondidos para que puedan conservarse en un momento turbulento de la historia. Los expertos opinan que este podría ser el caso del tesoro de monedas de Chew Valley.
Entre los siglos V y X, los primeros de la Edad Media, la actual Inglaterra pasó de ser una antigua provincia romana conocida como Britania a estar gobernada por invasores sajones durante cinco siglos. Sin embargo, la llegada de los normandos de ascendencia vikinga cambió para siempre el panorama de un pueblo que ya estaba fragmentado a nivel social y cultural.
Fue en el siglo XI, concretamente en el año 1066, cuando la muerte sin descendencia del rey Eduardo el Confesor desencadenó una crisis por coronar a un sucesor de la que formaron parte el aristócrata Harold Godwinson, el duque Guillermo I de Normandía, yel rey noruego Harald III.
Finalmente, la conquista normanda de Inglaterratuvo lugar, representada por una última contienda: la Batalla de Hastings, que coronó a Guillermo I como el primer rey normando de Gran Bretaña.
Aproximadamente la mitad de las monedas que forman parte del tesoro que ahora pertenece alSouth West Heritage Trustrepresentan a Harold Godwinson (o Harold II de Inglaterra), mientras que la otra mitad lleva la cara de Guillermo I. Una única moneda del conjunto, más antigua que el resto, simboliza al rey Eduardo el Confesor.
Además de la cara de los gobernantes, la moneda también lleva símbolos de autoridad como cetros y coronas, el nombre y títulos de cada uno, y mensajes políticos y religiosos.